Don Quijote no se rinde y va en busca de más aventuras, camino de Barcelona. Le promete a Sancho una ínsula que consigue en la corte de unos duques que han leído la primera parte del libro, conocen la fama de Don Quijote y que, para divertirse y burlarse de él, fingen vivir en una corte caballeresca. Al final de esta segunda parte, otro personaje de la aldea de Don Quijote, disfrazado también de caballero andante, desafía y vence a Don Quijote, y le obliga a volver a su casa. Allí recobra la razón y muere