Obra como artefacto y obra como objeto estético (valoración artística): ante todo, la obra misma no es un ente permanente: con cada cambio en el tiempo, en el espacio en el medio social, varía la tradición artística actual, a través de cuyo prisma está permitida la obra; y bajo la influencia de estas variaciones cambia también el objeto estético que corresponde, en la consciencia de los miembros de una colectividad determinada, al artefacto material (creación del artista). Aunque una obra esté valorada positivamente en dos épocas diferentes, el objeto de valoración resulta ser cada vez otro objeto estético, es decir, en cierto sentido otra obra de arte.