Después de neutralizar al Reichstag, Hitler se enfocó en eliminar otras amenazas a su gobierno mediante políticas de coordinación, conocidas como Gleichschaltung. Durante los primeros dos años de su mandato, los partidos políticos, gobiernos estatales y organizaciones culturales y profesionales fueron alineados con los objetivos nazis, sometiendo todos los aspectos de la vida alemana al control nazi. Algunas organizaciones anteriores continuaron existiendo sin autonomía, mientras que otras fueron reemplazadas por nuevas organizaciones nazis. Todas estas entidades eran supervisadas por una fuerza policial extensa y la Gestapo. Estas acciones se realizaron legalmente, permitiendo que el proceso de Gleichschaltung se extendiera gradualmente por toda la sociedad.