Sócrates también sostiene que, si las leyes son verdaderamente injustas y violan los principios fundamentales de la justicia, puede ser justificable resistirse a ellas pacíficamente y tratar de cambiarlas mediante el diálogo y la persuasión, en lugar de la desobediencia civil violenta. En resumen, para Sócrates, las leyes deben ser respetadas y obedecidas en la medida en que promuevan la justicia y el bien común, pero también pueden ser objeto de crítica y reforma si se considera que son injustas.