Miriam y Rebeca tenían que hacer un proyecto juntas para la universidad. Se dividieron el trabajo y establecieron que entregarían todo el viernes. Llegó el jueves en la noche y Miriam se dió cuenta que la parte de Rebeca aún no estaba hecha. Comenzó a imaginarse todos los escenarios que pudieron suceder y el por qué Rebeca no le dijo. Sin embargo, decidió esperar a que llegara el viernes, y la parte de Rebeca aún no estaba en el documento. Miriam se molestó por la impuntialidad de Rebeca, imprimió su parte y llegó a la clase, donde encontró sentada a Rebeca, quien la saludó muy tranquila. Esto hizo que se molestara más pero decidió respirar y escuchar a Rebeca. "Miriam, acá traje impreso y encuadernado nuestro trabajo. Lamento no haberte avisado, por trabajo tuve que hacer un viaje de emergencia y no tenía cómo comunicarme. Pensé que esto era lo menos que podía hacer".