La fuerza competitiva más intensa suele ser la rivalidad entre los vendedores, quienes compiten ferozmente por la preferencia del comprador utilizando diversas estrategias para fortalecer su posición y obtener ganancias. La clave es desarrollar una estrategia competitiva que permita a la empresa mantenerse firme frente a sus competidores y, preferiblemente, lograr una ventaja sobre ellos. Sin embargo, cualquier movimiento exitoso de una empresa suele ser contrarrestado por acciones ofensivas o defensivas de sus rivales, creando un panorama competitivo dinámico y en constante evolución, con ganadores y perdedores en la batalla por el mercado.
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La rivalidad se incrementa cuando los productos de los vendedores rivales se parecen más, y disminuye conforme los productos rivales se diferencian más
La rivalidad es más fuerte en mercados en que la demanda del comprador crece lentamente o va a la baja, y es más débil en mercados de crecimiento rápido.
La rivalidad es mayor cuando hay capacidad de producción sin utilizar, sobre todo si el producto de la industria conlleva altos costos fijos o de almacenamiento.
La rivalidad se intensifica cuando se incrementa el número de competidores, y conforme se asemejan en tamaño y fuerza competitiva.
Es frecuente que la rivalidad sea más intensa —volátil e impredecible— conforme aumenta la diversidad de los competidores en términos de la dirección, objetivos y estrategias de largo plazo que siguen, amén de los países de origen.
La rivalidad es mayor cuando hay barreras que evitan que las empresas no rentables salgan de la industria.