Las primeras definiciones fueron realizadas fundamentalmente por neurólogos; no utilizaban, por tanto, el término «dificultades de aprendizaje», sino que hacían referencia más bien a términos de carácter explicativo como «daño cerebral», «lesión cerebral» o expresiones similares que aludían a la supuesta causa, y ésta orgánica, del problema.
la definición de Strauss y Lehtinen (1947), en la que, partiendo de criterios biológicos y conductuales, afirman que tienen dificultades de aprendizaje:
Strauss y Kephart (1955) realizan posteriormente una matización, suprimiendo la referencia a criterios biológicos a la hora de llevar a cabo la evaluación de los sujetos, y se centran sólo en criterios conductuales, como son las alteraciones perceptivas, las conceptuales y las alteraciones de comportamiento
-