En el caso de España, antes de la pandemia de COVID-19, la tasa de pobreza estaba disminuyendo gradualmente, pero seguía siendo un desafío significativo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, en 2019 la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social se situaba en alrededor del 21,5% de la población. Esto significa que más de uno de cada cinco españoles se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que incluye a personas con ingresos bajos, desempleo, o que viven en hogares con baja intensidad de trabajo o privados de ciertos bienes materiales y servicios básicos.