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Los 5 sentidos del periodista PARTE 4: LA GLOBALIZACIÓN
Dos teorías para un fenómeno
La globalización, es fundamental para comprender los cambios en nuestras sociedades contemporáneas y su impacto en nuestras vidas cotidianas.
Dos teorías principales abordan este fenómeno: una argumenta que la globalización es inherente a la historia humana, mientras que la otra sostiene que es un fenómeno reciente, surgido tras la Guerra Fría.
La aparición de la palabra globalización, la revolución electrónica, y la influencia del neoliberalismo en la proyección de las leyes de mercado, son factores clave que respaldan la idea de que la globalización es un fenómeno nuevo en la historia humana.
Un término manipulable
La globalización se presenta como un proceso natural, como una ideología que promete resolver todos los problemas humanos futuros de manera fácil y rápida.
Existe una manipulación del término "globalización" al presentarlo como una utopía positiva que anula otras posibilidades de cambio social.
La globalización es un fenómeno contradictorio, también genera conflictos étnicos y tensiones regionales, lo que evidencia la existencia de fuerzas contrarias a ella.
El Estado en la mira
La globalización amenaza la estructura básica de la vida política moderna, debilitando el papel del Estado.
La globalización profundiza las desigualdades entre Estados, especialmente afectando a aquellos del Tercer Mundo, mientras que las sociedades económicamente fuertes pueden resistir mejor sus efectos.
El Estado moderno se ve debilitado, por el aumento del poder de corporaciones y organismos internacionales, como por fuerzas como el nacionalismo y el fundamentalismo, lo que lo convierte en una institución cada vez más simbólica y menos poderosa.
La privatización de la violencia
La privatización de la violencia ha erosionado el monopolio estatal sobre ella, con la proliferación de fuerzas privadas, que operan independientemente y a menudo a nivel global.
Anteriormente, el Estado ejercía autoridad a través de sus fuerzas armadas y policiales, pero ahora estas instituciones se enfrentan a la competencia de organizaciones criminales y grupos guerrilleros casi privados, que actúan con financiamiento propio y sin control estatal.
La globalización no se limita al mercado de bienes y servicios, sino que también abarca la coerción y la violencia, con instituciones privadas que operan a nivel internacional, lo que representa un desafío significativo para la seguridad y la estabilidad social.
Burocracias globales
La proliferación de fuerzas armadas y de seguridad privadas, junto con la organización delictiva internacional, ha debilitado el poder de los gobiernos, haciendo que el poder de los dictadores sea cada vez menos viable.
Esta pérdida de monopolio estatal sobre la violencia ha llevado a una tendencia hacia la democratización global, aunque a menudo esta democracia solo existe en términos nominales, sin condiciones para el gobierno dictatorial o militar.
Emergen nuevos gobernantes internacionales, representados por una clase burocrática ágil y bien vestida, cuyo poder se encuentra más allá de las fronteras nacionales, principalmente en grandes grupos financieros, organizaciones multimedia y entidades internacionales, debilitando aún más el poder de los Estados nacionales.
Frontera: una palabra del pasado
En un mundo globalizado, el concepto de frontera está perdiendo relevancia debido a factores como la revolución tecnológica, los flujos financieros internacionales y los grandes movimientos migratorios que trascienden las divisiones geográficas.
Las fronteras que persisten han experimentado cambios en su naturaleza, como la flexibilización de controles en Europa y la simplificación de procesos de obtención de visas en África, mostrando una evolución hacia un enfoque más pragmático y comercial.
A medida que las fronteras se asimilan al comercio y regulan el intercambio, es probable que con el tiempo se conviertan en un símbolo más que en una barrera física, reflejando la transformación del significado tradicional del término "frontera".
Después del 11 de septiembre
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos marcan un punto de inflexión en la percepción del mundo globalizado, surgiendo nuevas teorías sobre su evolución.
La teoría de Francis Fukuyama, sobre el fin de la historia tras el colapso de la Guerra Fría, da paso a la visión de Samuel Huntington, que postula conflictos entre civilizaciones en lugar de entre Estados.
Otras perspectivas, como la de Joseph Nye, sugieren un nuevo panorama geopolítico, comparándolo con la Roma antigua, mientras que el debate continúa con la aparición constante de nuevas teorías sobre la globalización.
Mentalidad de aldea
Durante milenios, la mente humana se adaptó a entornos pequeños, donde las comunidades eran reducidas y los vínculos se limitaban a la familia y la tribu, lo que condicionó nuestra percepción del mundo.
En las últimas décadas, la explosión de información y datos ha desafiado esta mentalidad de aldea, dificultando la asimilación de pensamientos globales y planetarios.
A pesar de vivir en un mundo globalizado y diversificado, nuestra tendencia a limitar el pensamiento a escalas pequeñas refleja nuestra incapacidad para comprender la complejidad y la interconexión del mundo actual.
Lo local, lo global y el periodismo
Como periodistas, debemos encontrar la conexión entre lo local y lo global en cada tema que abordamos, buscando lo universal en los detalles más pequeños. Esto le da peso y valor a nuestro trabajo y permite al lector descubrir mensajes universales en historias concretas.
La habilidad para capturar la universalidad en la escritura no solo requiere talento y intuición, sino también una amplia conciencia y sabiduría. Es esencial reflexionar sobre cómo cada historia refleja aspectos más amplios del mundo para que nuestros textos no se pierdan en el olvido.
La clave para que un texto perdure a lo largo del tiempo radica en mostrar, a través de pequeños detalles, la dimensión universal que trasciende lo específico del tema tratado. Los textos que logran establecer este vínculo entre lo local y lo universal tienen una mayor longevidad.