Comenzaba otro mes y con este nuevos retos y propósitos, Laura sabía que vendrían más tareas y que el jefe estaría muy pendiente de su labor y cumplimiento de metas. Laura estaba a cargo de un equipo de trabajo, encargado del diseño de una campaña para una empresa de ropa, esta vez cambiaron el motivo de la campaña, entonces Laura debía comenzar de cero y organizar una lluvia de ideas con su equipo de trabajo, equipo en el que confiaba fielmente porque en ocasiones anteriores habían tenido gran éxito. De modo que expuso su plan de trabajo y designó a varios compañeros sus funciones, dejó que libremente escogieran el tema, diseño, logo, imagen y demás aspectos a tener en cuenta en la elaboración de una campaña; mientras tanto ella decidió continuar con otras actividades que tenía olvidadas, pues confiaba plenamente en su equipo, en su capacidad creativa e innovadora, entonces no tendría ningún problema; además los compañeros trabajaban más cómodos y sin tanta presión laboral, así sus ideas fluían más fácilmente. Sin embargo, notó que pasaban los días y aun no tenía avances en la campaña, sus compañeros no entregaban ideas y sus jefes ya estaban pidiendo resultados. Laura supo que había descuidado su equipo y que había confiado de más, entonces se vio en la necesidad de tener más control y a trabajar de manera conjunta, conocía el trabajo de sus compañeros pero también sabía que debía hacerse cargo, estar al tanto de todos los requerimientos y exigir más compromiso a sus compañeros. Finalmente los resultados fueron mejor de lo esperado y lograr una campaña exitosa.