Otro episodio de auge del materialismo fue en el Renacimiento, con el llamado materialismo mecanicista. Este dividió el saber y el conocimiento en áreas muy delimitadas, tales como la física, la química, etc. Así, se consideraba que los procesos y cambios de la naturaleza evolucionaban de forma mecánica en cada uno de estos ámbitos, no como si fuera un todo.