De esta primera etapa destacan dos obras: En 1504 realiza La Sagrada Familia. En ella se aprecia el uso de la composición triangular, la perfección del dibujo, la combinación de colores y la herencia clásica a la hora de plasmar figuras masculinas casi atléticas. En 1508 recibe un nuevo encargo del propio papa: pintar la Bóveda de la Capilla Sixtina. Realizada entre 1508 a 1512. En ella se representan temas del Antiguo Testamento, en donde las diferentes temáticas se dividen en un conjunto de casetones rectangulares y triangulares. Destacan las escenas de la Creación de Adan, la Creación de Eva, el Pecado Original, la Expulsión del Paraiso, etc. En esta obra las figuras aparecen musculadas, y destaca la combinación de colores, etc.