La salud comunitaria se refiere a la salud tanto individual como grupal en una comunidad específica, influenciada por factores personales, familiares, socioeconómicos, culturales y ambientales. Este enfoque considera la dimensión social de la salud y promueve un abordaje integral de los procesos de salud-enfermedad, con la participación de la comunidad en la toma de decisiones. Reconoce que la salud está determinada por diversos factores, algunos de los cuales están más allá del control individual, y busca abordar las desigualdades sociales en salud. Más allá de tratar enfermedades, se centra en mantener y mejorar la salud de la comunidad, involucrando a sectores no sanitarios en la acción comunitaria. El trabajo en red es fundamental, estableciendo alianzas entre servicios y la comunidad para lograr objetivos compartidos de manera cooperativa.
cinco pilares:
Enfoque comunitario: Los proyectos de salud comunitaria deben centrarse en los habitantes de la comunidad y otorgarles un grado de participación activa en su desarrollo.
Abordaje multisectorial: La participación activa de instituciones gubernamentales, privadas y la sociedad en general es crucial para el éxito de los proyectos de salud comunitaria.
Participación de la comunidad: La participación de los ciudadanos en las actividades de salud debe ser planificada y ejecutada de manera que empoderen a la comunidad en la gestión de su propia salud.
Modelos integrados de atención: Las acciones de participación comunitaria deben integrarse con las redes de atención institucionales para abordar las necesidades de salud de manera equitativa, eficiente y de calidad.
Trabajo en equipo multidisciplinario: Los proyectos de salud comunitaria deben ser desarrollados por equipos multidisciplinarios que compartan responsabilidades y trabajen de manera coordinada para garantizar la prestación de servicios de salud de forma organizada.