Las autoras opinan que las familias pueden, por el conocimiento que tienen del niño, contribuir en gran medida con la educación de sus hijos. Ello dependerá, del respeto que ambas partes (docentes – familia) tengan del rol que cada una debe desempeñar y de la apertura que muestren para trabajar en forma colaborativa por un objetivo común. Otras aportaciones que la familia puede brindar al centro escolar son la participación en los órganos de apoyo, la consecución de recursos económicos y materiales, y la elaboración de distintos materiales, entre otros.