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Ayuda a los demás - Coggle Diagram
Ayuda a los demás
Factores evolutivos y motivacionales:
¿por qué ayudan las personas?
Un creciente cuerpo de investigación revela una fuerte relación entre ofrecer ayuda y sentirse mejor, incluidas mejoras en la salud mental y física.
Aun cuando los costos de ayudar son lo suficientemente altos como para que uno no se sienta bien de inmediato, pueden retribuir a largo plazo.
Brindar ayuda con frecuencia se asocia con afecto y salud positivos, pero cuando la ayuda involucra demandas constantes y agotadoras los efectos sobre las saludes física y mental de los que ayudan, así como sobre su estabilidad financiera, pueden ser muy negativos.
Las personas pueden sentirse bien no sólo a partir de su rol como ayudador, sino simplemente por lo que se llama gozo empá-tico: el placer que se tiene al ver a otra persona experimentar alivio.
El modelo de alivio del estado negativo propone que debido al efecto de brindar ayuda, las personas que se sienten mal pueden estar inclinadas a ayudar a otros con la finalidad de mejorar su humor.
Muchas personas están motivadas por ser buenas; esto es, ayudar porque se reconoce que es hacer lo correcto.
Los niños más jóvenes se enfocan en las recompensas que pueden obtener de los padres u otras personas, pero conforme se convierten en adolescentes, comienzan a recompensarse a sí mismos por ayudar, sintiendo orgullo de sus acciones.
El modelo de activación costo-recompensa de ayudar estipula que factores tanto emocionales como cognitivos determinan si los espectadores en una emergencia intervendrán.
Emocionalmente, los espectadores experimentan el choque y la alarma de la aflicción personal; este desagradable estado de excitación los motiva a hacer algo para reducirla.
Sin embargo, lo que hacen depende del cálculo del espectador, o sus cálculos de los costos y recompensas asociados con ayudar.
Cuando las posibles recompensas para sí mismo y la víctima sobrepasan los posibles costos para sí mismo y la víctima, el espectador ayudará.
Pero suba los costos y reduzca las recompensas y es probable que las víctimas no reciban ayuda.
Una importante razón por la cual las personas ayudan a otras es porque, con frecuencia, es gratificante, incluso si las recompensas son psicológicas en lugar de materiales.
Es mucho más probable que las personas ayuden cuando las posibles recompensas de ayudar parecen altas en relación con los costos potenciales.
De acuerdo con el modelo de altruismo de Batson, si uno percibe a alguien con necesidad e imagina cómo se siente esa persona, es probable que experimente sentimientos de preocupación empática orientados al otro, lo que a su vez produce el motivo altruista para reducir la aflicción de la otra persona.
Sin embargo, existen ejemplos en los que las personas perciben a alguien con necesidad y se enfocan en sus propios sentimientos acerca de esta persona o en cómo se sentirían ellos por estar en la situación de dicha persona.
Cuando uno se enfoca en la otra persona, es posible el verdadero altruismo.
La empatía
La empatía posee tanto un componente cognitivo para comprender la experiencia emocional de otro individuo, como una experiencia emocional que es consistente con lo que el otro siente.
Un gran componente cognitivo de la empatía es el tomar pers-pectiva, o usar el poder de la imaginación para intentar ver el mundo a través de los ojos de alguien más.
Un componente emocional clave de la empatía es la preocupación empática, que involucra sentimientos orientados hacia los demás, como simpatía, compasión y afecto.
La investigación en neurociencias apoya la idea de que la capacidad de empatía es parte de la biología humana.
La investigación en neurociencias apoya la idea de que la capacidad de empatía es parte de la biología humana.
La hormona oxitocina, que es bien sabido está involucrada en el apego madre-hijo, así como en el enlace entre parejas en aparcamiento, está implicada en la empatía y los comportamientos prosocia-
Y demasiada empatía puede ser abrumadora si no se controla de manera adecuada.
La empatía conduce a motivaciones altruistas, mas no necesariamente a comportamientos para brindar ayuda. Por ejemplo, alguien con preocupación empática por otro puede no ayudarlo si teme que el costo potencial de ofrecerle ayuda será muy alto.
Mediante el altruismo recíproco, ayudar a alguien más puede ser en el mejor interés personal, pues ello aumenta la probabilidad de que uno recibirá ayuda a cambio.
En el transcurso de la evolución, los individuos que se involucran en altruismo recíproco deberían sobrevivir y reproducirse más que los individuos que no lo hacen, lo que en consecuencia permite el florecimiento de este tipo de altruismo.
La forma más efectiva de aumentar la ayuda es alentar a las personas a reconocer y sentirse cómodas con la convergencia de preocupaciones orientadas a ellas mismas y las orientadas a otros.
Las perspectivas evolutivas enfatizan no la supervivencia
de los individuos más aptos, sino la de sus genes.
Si un comportamiento social específico mejora el éxito reproductivo, entonces las bases genéticas de dicho comportamiento tienen más probabilidad de transmitirse a generaciones posteriores.
A la larga el comportamiento puede volverse parte de la herencia común de la especie.
La tendencia a ayudar a los parientes genéticos es llamada selección de parentesco y ayuda a la función de supervivencia genética.
Las personas tienden a involucrarse en comportamientos de ayuda a más largo plazo, como en el voluntariado, debido a múltiples motivos.
Algunos de éstos se asocian con la empatía, como la toma de perspectiva y la preocupación empática, mientras que otros motivos son más egoístas, como el querer mejorar el currículum vitae personal, el alivio de emociones negativas o conformarse con las normas prosociales.
Los motivos meramente altruistas pueden no mantener motivados a los individuos el tiempo suficiente para soportar los costos personales asociados con algunos tipos de ayuda prolongada.
Las buenas intenciones, acaso idealizadas, relacionadas con la preocupación humanitaria simplemente pueden no serlo tan fuertes como para sostener a los voluntarios que enfrentan realidades duras y los costos personales.
Cuando ayudar demanda más de uno, el interés personal puede hacer que uno continúe; en consecuencia, a los motivos egoístas puede dárseles buen uso.
Influencias interpersonales: ¿a quién ayudan las personas?
Es más probable que las personas ayuden a los miembros dentro de sus grupos.
Las personas están más dispuestas a ayudar cuando atribuyen la necesidad de ayuda de una persona a causas incontrolables en vez de a eventos que se perciben como provocados por la
persona.
En general, la semejanza percibida con una persona necesitada aumenta la disposición a ayudarla.
Los hombres ayudan a los extraños en situaciones potencialmente peligrosas más que las mujeres.
Las personas en una relación de intercambio tienen más probabilidad de seguir la pista de cuán reciproca es la relación en términos de costos y beneficios.
Las mujeres ayudan a los amigos y se relacionan con el apoyo social más que los hombres.
Las personas en una relación comunitaria sienten responsabilidad mutua por las necesidades del otro.
Comparados con las mujeres, los hombres son más reticentes a buscar ayuda, en especial para problemas relativamente menores.
Los individuos atractivos tienen más probabilidad de recibir ayuda que quienes son menos atractivos.
Teoría e investigación parecen indican que la ayuda requiere el reconocimiento de conexiones significativas entre los individuos.
Influencias personales: ¿quién es probable que ayude?
Las cualidades que sí predicen los comportamientos inclinados a dar ayuda son: afabilidad, humildad, empatía y razonamiento moral avanzado.
La investigación ha descubierto que las personas que tienden a ser muy agradables y las que son relativamente humildes tienen más probabilidad de ayudar que las que son desagradables o carecen de humildad.
Las diferencias en la disposición para dar ayuda parecen basarse en parte en la genética.
Las personas que son más serviciales que otras en una situación, es probable que también lo sean en otras.
Las personas cuyo razonamiento se enfoca en sus propias necesidades o en las consecuencias personales concretas que pueden tener sus acciones tienden a no involucrarse en muchos comportamientos de ayuda.
Niños y adultos que muestran niveles asimilados y avanzados de razonamiento moral se comportan de manera más altruista que otros.
Dicho razonamiento involucra adherirse a estándares morales independientes de controles sociales externos y tener en cuenta las necesidades de los demás cuando se toman decisiones acerca de los cursos de acción.
Influencias situacionales: ¿cuándo ayudan las personas?
El hallazgo acerca de la relación entre televisión prosocial y comportamiento prosocial real de los niños ilustra el poder de los modelos de rol.
Las reglas generales de conducta establecidas por la sociedad se llaman normas sociales; éstas encarnan estándares de comportamiento socialmente aprobados y desaprobados.
Algunas normas sociales se presentan directamente cuando las personas tienen posibilidad de ayudar.
La norma de equidad afirma que cuando las personas están en una situación en la que se sienten beneficiadas en exceso, deben ayudar a quienes están subbeneficiados.
La norma de reciprocidad establece un fuerte estándar socialmente aprobado que es que las personas que dan deben recibir.
La norma de responsabilidad social dicta que las personas deben ayudar a quienes necesitan auxilio.
Cuando las personas están más motivadas por preocupaciones acerca de la justicia, sus intenciones de ayudar a alguien serán impulsadas más por su creencia de si esta persona merece su auxilio que por su creencia de si simplemente la necesita.
Los cinco pasos para ayudar en una emergencia
Decidir cómo ayudar
Los obstáculos aquí incluyen sentirse incompetente en el saber cómo ayudar o preocuparse porque los costos potenciales de ayudar puedan ser demasiado grandes para justificar la toma de riesgo.
Cuando los observadores no actúan en una emergencia debido a que temen dar una mala impresión a otros observa-dores, están bajo la influencia de la inhibición por la audiencia.
Cuando las personas creen que los demás las desdeñarán por fallar al ayudar, la presencia de una audiencia aumenta sus acciones de auxilio
Dar ayuda
Aunque el lugar de residencia no parece afectar cuánto se ayudan mutuamente quienes tienen relaciones cercanas, en general las personas tienen menos probabilidad de ayudar a extraños en las áreas urbanas que en las rurales.
Alrededor del mundo, algunas ciudades parecen tener también ciudadanos que brindan más ayuda que otras.
Las culturas que valoran la simpatía tienden a mostrar tasas
más altas de ayuda que las culturas de no simpatía.
El buen humor aumenta el impulso de ayudar.
Tomar responsabilidad para dar ayuda
Si una persona sabe que hay más personas alrededor, es muy fácil colocar la responsabilidad en ellas.
Con frecuencia las personas fallan en ayudar, debido a la difusión de la responsabilidad que es la creencia de que otros intervendrán o deberán hacerlo.
La difusión de la responsabilidad por lo general tiene lugar en condiciones de anonimato ya que los espectadores que no conocen personalmente a la víctima tienen más probabilidades de ver a los otros como responsables de proporcionar la ayuda.
Si la distancia psicológica entre un espectador y la víctima se reduce, habrá menos difusión de responsabilidad y más ayuda.
La difusión de la responsabilidad puede ser vencida por el desempeño de una persona.
Interpretar el evento como una emergencia
La ignorancia pluralista es cuando cada individuo cree que sus propios pensamientos y sentimientos son diferentes de los de otras personas, cuando de hecho muchas de las otras piensan o sienten de la misma manera.
Cada espectador piensa que otras personas no actúan porque de alguna manera saben que no hay una emergencia.
En realidad, todo mundo está confundido e indeciso, pero al tomar pistas de la inacción mutua, cada observador concluye que no se requiere ayuda.
Observar que algo
ocurre
La presencia de otros puede ser distractora y puede desviar la atención de los indicios del sufrimiento de una víctima.
Se puede bloquear el incidente por sobrecarga de estímulos.
Cuando está en un apuro o tiene mucho en mente, puede estar tan preocupado que no percibe a quienes necesitan ayuda, se encuentra menos dispuesto a aceptar la responsabilidad de ayudar a alguien o decide que los costos de ayudar son muy altos debido al precioso tiempo que perderá.
Mientras más espectadores haya, menos probable es que la víctima reciba ayuda; este es el efecto espectador por el cual la presencia de otros inhibe el brindar ayuda.