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Rebels without a Cause: Russia’s Proxies in Eastern Ukraine
Introducción
La revolución de Maidan en Ucrania reflejó un debate nacional sobre su futuro político y económico.
Los manifestantes querían un gobierno menos corrupto y más pro-UE y OTAN, mientras que algunas áreas del este temían perder beneficios con un acercamiento a Occidente.
Rusia apoyó indirectamente las protestas en el este tras la anexión de Crimea y respaldo a movimientos separatistas en Donbás.
Este informe analiza la relación cambiante entre Moscú y los grupos del este, proponiendo estrategias para una mejor integración de Ucrania con esa región.
"Estamos listos para levantarnos, solo da la orden"
Las protestas en Kyiv llevaron al derrocamiento de Yanukovych, seguido por la anexión de Crimea por parte de Rusia y la insurgencia en el este de Ucrania.
Los separatistas buscaban el apoyo de Rusia para unirse a Moscú, pero enfrentaron resistencia interna y sanciones internacionales.
El conflicto en el este de Ucrania comenzó como una reacción al abandono de un acuerdo de asociación con la UE por parte del presidente Yanukovych, bajo presión de Rusia.
"Limpiando el desorden": Moscú abandona Novorossiya.
Moscú cambió de opinión y decidió no reconocer los estados separatistas ni anexarlos, pero tampoco devolverlos a Ucrania.
La ayuda de Moscú, aunque no reconocida oficialmente, buscaba apoyar a los estados separatistas en mantener sus territorios a corto plazo, con la intención a largo plazo de facilitar su reintegración en Ucrania con mayor autonomía o un estatus especial que permitiera influir en las decisiones políticas de Kyiv.
Dependientes, amargados, abandonados: El legado del cambio de política de Moscú
El abandono de Moscú del concepto de Novorossiya ha dividido a Donbas en tres grupos: un liderazgo dependiente de Moscú, activistas amargados y una población agotada por la guerra y abandonada por ambas capitales
El movimiento fragmentado
Los antiguos líderes separatistas, ahora marginados por Moscú y en oposición a los nuevos líderes de la D/LPR, aún aspiran a la unificación con Rusia, aunque también son críticos de Moscú por haber traicionado a Novorossiya.
Muchos de ellos siguen peleando por la independencia de Ucrania y la integración con Rusia, incluso cuando están descontentos con sus nuevos líderes y la dirección que ha tomado el movimiento.
La población sin voz
En áreas del este de Ucrania, la población se muestra ambivalente respecto a su futuro político, alienada de Kyiv y decepcionada con Moscú.
La guerra y las políticas de exclusión de Kyiv han llevado a cambios en las lealtades locales, exacerbando la desconfianza y dificultando la reintegración pacífica de los territorios separatistas.
El liderazgo de facto
El liderazgo de facto en Donetsk y Lugansk está fuertemente influenciado por Moscú desde la primavera de 2019.
Se ha consolidado un control más firme sobre estas regiones, con líderes que se alinean con los intereses de Rusia en lugar de las aspiraciones separatistas anteriores.
Hacia la Unidad
Evitar una ofensiva militar y buscar un acuerdo negociado con Moscú son pasos clave.
Reconstruir relaciones con la población local y eliminar barreras económicas y sociales son medidas esenciales para facilitar la reintegración de las regiones controladas por los rebeldes en Ucrania.
El nuevo presidente de Ucrania, Zelenskyy, tiene la oportunidad de avanzar en la resolución del conflicto en Donbas.
Conclusiones
Kyiv necesita abordar la complejidad de la región, evitando equiparar a Moscú con el liderazgo de facto.
Un enfoque que considere los intereses de todos los ciudadanos ucranianos, incluyendo el este alienado, podría facilitar la reintegración pacífica de las áreas separatistas y traer de vuelta a la población al seno de Ucrania.
La situación en Donbas no se limita solo a la ocupación rusa, aunque sus acciones hayan desencadenado y alimentado el conflicto.