En sus inicios, los sistemas de tecnología de la información se aplicaban para reducir los costos laborales, permitiendo que la computadora se hiciera cargo de algunas tareas. Esos sistemas se llegaron a conocer como sistemas de procesamiento de transacciones (TPS, por sus siglas en inglés), que automatizan la rutina de la organización, es decir, las operaciones de negocios cotidianas.