Felipe II: Carlos V tenía dificultades para controlar sus
posesiones, lo que le llevó a dividir su herencia, a Fernando
le cedió Austria, y la corona Imperial, y a su hijo Felipe II
el resto de su patrimonio territorial. En 1580, Felipe reclamó
la Corona de Portugal sin descendientes, su ejército, venció
a los nobles portugueses que se opusieron a la monarquía
hispánica. Felipe obtuvo los territorios portugueses. Con
esos territorios los dominios de la Corona alcanzaron una
dimensión global. Felipe fortaleció la burocracia y otorgó
el poder a sus secretarios. Todos los reinos quedaron
sometidos al mismo soberano aunque mantuvieron sus
instituciones y leyes. Antonio Pérez, uno de los secretarios
fue acusado de asesinato, se pudo refugiar en Aragón.
El rey utilizó la inquisición para apresarlo pero una
sublevación se lo impidió y huyó a Francia.
Las guerras de Felipe II: buscó la unión religiosa pero el objetivo
principal fue conservar los territorios de la monarquía hispánica.
Recurrió a la política matrimonial y a los conflictos armados:
Contra Francia, Contra los protestantes de los Países Bajos,
Contra el Imperio Otomano, y Contra Inglaterra.