En Estados Unidos, la relación con los esclavos era inhumana y abusiva, con un estimado de 40,000 esclavos por estado hacia 1800, aunque algunos, como en el sur de California, eran libres. Para 1863, los estados con más esclavos eran Maryland, Misuri, Delaware y Kentucky. La libertad de los esclavos fue decretada por Abraham Lincoln el 9 de junio de 1862, y el Senado aprobó la abolición de la esclavitud. Los afroamericanos esclavizados en el sur buscaron refugio en el norte para ser libres. A pesar de la abolición, la segregación racial persistió hasta los años 60, y Estados Unidos sigue siendo considerado un país con alto racismo.