Un proceso se puede definir como una serie de actividades que agregan valor para un cliente interno o externo. En las empresas, estos conjuntos de operaciones suelen incluir actividades de grupos fundamentales, como Comercial, Diseño, Producción y Expedición. Estas actividades añaden valor y hacen avanzar el producto o servicio en una secuencia desde proveedor interno hasta cliente interno. La lógica organizativa de los procesos es diferente a la del modelo funcional.
Los procesos operativos de negocio se centran en la orientación al cliente y en la creación de valor añadido, así como en las relaciones cliente-proveedor internas. Además, implican la gestión de personas, conocimiento, recursos financieros, físicos, tecnológicos, entre otros. Aunque estas áreas no generan valor directo para el cliente, son esenciales para el funcionamiento eficiente de las empresas.