El islam comenzó hace 1400 años con un hombre de gran virtud, meditando en la cueva de una montaña en el desierto de Arabia. Este hombre fue Mahoma. Recibió la visita de un mensajero divino, nuevamente el ángel Gabriel, Yibril, en árabe, comunicándole la palabra de Alá, el Dios único de Abraham. En los próximos años, más y más mensajes le llegaron y él los memorizó y los enseñó. Los versos que recitaba estaban llenos de dichos sabios, versos hermosos, y metáforas misteriosas. Pero Mahoma era un mercader, no un poeta. Muchos están de acuerdo que los versos eran de veras las palabras de Dios, y estos creyentes fueron los primeros musulmanes.