En este formato alfanumérico vemos cómo las letras y los números señalan la jerarquía o los niveles de importancia de las ideas: los números romanos I y II indican las ideas que sirven como eje del contenido del tema. Las letras mayúsculas muestran las ideas principales, pero complementarias, es decir, las que sirven para desarrollar las principales o los ejes. Los números arábigos se usan para las ideas secundarias que sirven como apoyo de las principales complementarias. Las letras minúsculas indican las ideas subordinadas, que sirven para apoyar a las secundarias. Otro nivel se anotaría con números romanos en minúscula, el cual sería un nivel de
ideas dependientes, que por sí solas carecen de sentido o son incompletas. Ordenar las ideas en un formato nos sirve para visualizar dos aspectos importantes: la coordinación, es decir, la relación directa que guardan entre sí las ideas, y la subordinación, es decir, los niveles de importancia o estatus de las ideas (Lucas, Stephen E. 1983:192).