La conspiración militar estaba en conexión con una trama civil de la que formaban parte diputados de la CEDA (Gil Robles), monárquicos (Calvo Sotelo), falangistas, tierratenientes y financieros, como Joan March, que el 11 de julio hizo llegar a África un avión, el Dragón Rapide, para trasladar a Franco de Canarias a Marruecos