Dependiendo del grado de severidad y complicaciones, el manejo de la IV puede variar entre medidas conservadoras, como uso de medias de compresión, elevación de las piernas, cambio de hábitos de vida y ejercicios, hasta intervenciones quirúrgicas y no quirúrgicas, como ligadura de las venas, flebectomía, derivação venosa y escleroterapia.