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La manera en que tus hábitos
moldean tu identidad (y viceversa)
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A veces, nos parece que mantener un buen hábito durante más de unos días es demasiado complicado, a pesar de nuestros esfuerzos sinceros y de los ocasionales estallidos de motivación.
Sin embargo, una vez que tus hábitos están arraigados, parecen quedarse contigo para siempre, especialmente aquellos que no deseas. A pesar de nuestras buenas intenciones, los hábitos poco saludables dan la impresión de ser imposibles de romper.
LAS TRES CAPAS DEL CAMBIO DE CONDUCTA
Nuestro primer error radica en intentar cambiar algo que no es lo que realmente debemos cambiar. Para comprender esto, es importante tener en cuenta que existen tres niveles en los que los cambios pueden ocurrir.
La primera capa incluye cambiar tus resultados.
La segunda capa incluye cambiar tus procesos.
La tercera capa, la más profunda, incluye cambiar tu identidad.
HÁBITOS BASADOS EN LA IDENTIDAD
La mayoría de las personas inician el proceso de cambio de hábitos centrándose en lo que desean lograr. Esto resulta en hábitos basados en metas o resultados.
La mayoría de las personas ni siquiera consideran cambiar su identidad cuando deciden mejorar. Establecen metas y determinan acciones para alcanzarlas, pero rara vez consideran las creencias que guían sus acciones.
Siempre hay un sistema de creencias y suposiciones que moldea el comportamiento, una identidad detrás de los hábitos. Es muy difícil cambiar tus hábitos si no modificas las creencias subyacentes que te llevaron a las conductas pasadas que deseas cambiar.
El cambio real en el comportamiento implica un cambio en la identidad. Puedes comenzar un hábito por motivación externa, pero lo mantienes y lo fortaleces porque se convierte en una parte integral de tu identidad.
Las investigaciones respaldan que cuando una persona adopta una creencia sobre su identidad, es más probable que actúe de acuerdo con esa creencia. Cuando la conducta y la identidad están completamente alineadas, no se necesitan esfuerzos para cambiar el comportamiento.
EL PROCESO DE DOS PASOS
PARA CAMBIAR TU IDENTIDAD
Tus hábitos no son las únicas acciones que influyen en tu identidad, pero debido a su frecuencia, a menudo terminan siendo las más significativas. Cada experiencia de vida moldea tu autoimagen.
Los efectos de las experiencias únicas tienden a desvanecerse con el tiempo, mientras que los hábitos se refuerzan y consolidan. Esto significa que tus hábitos contribuyen en gran medida a la evidencia que moldea tu identidad.
Los hábitos son el camino hacia el cambio de identidad. La forma más práctica de transformarte es cambiando tus acciones.
Decide qué tipo de persona quieres ser.
Demuéstratelo a ti mismo mediante pequeñas victorias continuas.
Primero decide quién quieres ser.
¿Qué deseas representar?
¿Qué tipo de principios y valores quieres defender?
¿En quién quieres convertirte?
Una vez que defines la clase de persona que quieres ser, puedes empezar a dar pequeños pasos para reforzar tu identidad deseada.
LA VERDADERA RAZÓN POR
LA QUE LOS HÁBITOS IMPORTAN
Tus hábitos son importantes porque te ayudan a convertirte en la persona que deseas ser. Son el vehículo mediante el cual desarrollas y fortaleces las creencias más arraigadas sobre ti mismo. Literalmente, te conviertes en tus hábitos.