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Las religiones surgen del miedo a la muerte y también de la afirmación de…
Las religiones surgen del miedo a la muerte y también de la afirmación de la vida
¿Qué es y qué se propone la filosofía de la religión?
La filosofía de la religión no se preocupa de convertir a nadie, sino de que los seres humanos nos aproximemos al hecho religioso desde la lucidez.
¿Dios ha dejado de ser un dato seguro?
Dios es, en el mejor de los casos, un postulado, un anhelo, frente a aquella fatal quiebra que tanto le preocupaba a Unamuno, quien no se resignaba a que “nuestro trabajado linaje humano” se reduzca a “una fatídica procesión de fantasmas que van de la nada a la nada”.
Usted tituló uno de sus libros A vueltas con la religión. ¿Cómo se ha llevado con ella?
Tiene comprensión y simpatía hacia las personas que buscan sentido para sus vidas en las diversas religiones. A lo difícil del vivir y, sobre todo, a lo terrible del morir deben las religiones, como tan sagazmente vio Feuerbach, su largo perdurar.
¿Cómo se puede abordar su estudio desde la filosofía?
“Hay más verdad en el conjunto de todas las religiones que en una religión aislada”.
¿Siguen vigentes, en nuestra sociedad, la pregunta por el más allá y la oferta de sentido que hace la religión?
El cristianismo tiene una cita obligada con la realización de su promesa al final de la historia. Y, mientras continúe la historia, todo es posible.
¿Por qué se siente usted tan atraído por la visión esperanzada de Ernst Bloch?
Propuso ofrecer un cuadro de la vida completamente opuesto al que nos dejo el controvertido filósofo de la Selva Negra.
¿Cómo se mueve la religión entre el relativismo y los dogmas?
El gran esfuerzo realizado por teólogos católicos y protestantes por pensar su religión, es la gran ventaja que el cristianismo lleva por delante en comparación con el islam actual, como por ejemplo.
De esas promesas desmesuradas, vida eterna, esperanza del más allá, habla usted. ¿Cómo han dado razón de ellas los teólogos cristianos contemporáneos?
Lo bueno queda remitido al futuro. Por eso, las teologías de todos los continentes llaman al Dios cristiano “Dios del futuro o Dios de la esperanza”.
¿Hay filósofos que contemplan escenarios de vida más allá de la muerte?
Dependiendo de los filósofos. Gran parte de la filosofía occidental parece dar la razón al teólogo católico Karl Rhaner cuando afirma que “el ser humano se tomará siempre a sí mismo lo suficientemente en serio como para no renunciar a un futuro absoluto”. Los filósofos de la sospecha (Marx, Feuerbach, Nietzsche, Freud) y algunos más se inscriben en la órbita de un acabamiento definitivo y aseguran que pensar lo contrario es opio, alienación e ilusión
En este asunto, ¿qué han aportado
a la humanidad las culturas religiosas?
-En las religiones Africanas la persona muerta se une a sus antepasados y entra en otro estado de existencia.
-En el hinduismo de los vedas el fiel se limita a pedir una vida larga de “cien otoños” y no aspira a un más allá.
-El budismo cuenta con otra vida después de la muerte
-Zaratustra, su profeta, enseña que habrá una resurrección general y un juicio al final del mundo y se establecerá un reino, una nueva creación en la que solo tendrán cabida los justos.
-En el islam hay un juicio en el que el destino se decide con criterios éticos con final en infierno o paraíso.
-En el Corán hay una imagen gráfica del cielo que muchos musulmanes interpretan y que queda abierta a una exégesis histórico-critica.
-Judíos, cristianos, musulmanes confían al mismo Dios el futuro de los injustamente tratados por la vida
¿Y qué aporta la cultura bíblica?
La fe surgió a través de las personas infravaloradas, despreciadas, y humilladas. La fe en la resurrección, en otra vida, ha dado luz en los últimos instantes y ha hecho más amenas las despedidas. La fe merece que se hable bien de ella por todo lo que ha transmitido.
¿Esperar justicia y vida en el más allá
es dar un salto en el vacío?
Se ha llegado a pensar que la religión existe porque sabemos que vamos a morir, sin embargo otros han pensado que también existe porque tenemos que vivir.
Trabajo realizado por Esperanza López Delgado y Laura Zamora Bermúdez