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Shock Sèptico - Cardiogénico - Distributivo - Coggle Diagram
Shock Sèptico - Cardiogénico - Distributivo
El shock es un estado de hipoperfusión de los órganos que produce disfunción y muerte celular. Existen varios tipos de shock, entre ellos el shock séptico, cardiogénico y distributivo.
Shock séptico
es una respuesta sistémica a una infección que conduce a una disminución en la presión arterial y disfunción de múltiples órganos. Es causado por toxinas liberadas por bacterias durante una infección
Shock cardiogénico
ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre al cuerpo, lo que lleva a una disminución del flujo sanguíneo y a la disfunción de órganos. Puede ser causado por un ataque al corazón, arritmias, insuficiencia cardíaca, entre otras afecciones
Shock distributivo
se caracteriza por una disminución del tono vascular y una redistribución anormal del flujo sanguíneo, lo que resulta en una inadecuada perfusión de los tejidos. Puede ser causado por sepsis, anafilaxia, traumatismos, entre otras causas
Cuidados de enfermería
Shock Hipovolémico
Monitoreo Vital:
Administrar Fluidos:
Controlar Hemorragias:
Posición del Paciente:
Mantener la Temperatura:
Shock Cardiogénico
Posición del paciente fowler
Monitoreo Cardíaco:
Administrar Medicamentos:
Shock Distributivo:
Posicionamiento del paciente
Monitoreo Hemodinámico:
Medicamentos Vasoactivos:
Fisiopatologia del shock septico
Infección: El shock séptico se desencadena por una infección bacteriana, fúngica o viral en el cuerpo
Respuesta inmunitaria: El sistema inmunitario del cuerpo responde a la infección liberando moléculas proinflamatorias, como las citocinas, para combatir el agente infeccioso
Disfunción endotelial: Las citocinas y otras moléculas proinflamatorias causan disfunción en el endotelio vascular, lo que lleva a una alteración en la regulación del flujo sanguíneo y la permeabilidad vascular
Activación de la coagulación: La infección y la respuesta inflamatoria activan el sistema de coagulación, lo que puede resultar en la formación de microtrombos y disfunción de los vasos sanguíneos
Fisiopatologia del Shock Cardiogenico
Disfunción Cardíaca:
La causa principal del shock cardiogénico es la disfunción del músculo cardíaco, ya sea debido a un infarto de miocardio extenso (ataque al corazón), insuficiencia cardíaca aguda, arritmias graves u otras condiciones que afecten la función cardíaca.
Reducción del Gasto Cardíaco:
La disfunción cardíaca lleva a una disminución en el gasto cardíaco, que es la cantidad de sangre que el corazón bombea por minuto. Esto resulta en una reducción del flujo sanguíneo sistémico.
Activación del Sistema Nervioso Simpático:
Ante la disminución en el gasto cardíaco, el sistema nervioso simpático se activa como una respuesta de emergencia. Esto conduce a la liberación de catecolaminas, como la adrenalina, en un intento de aumentar la frecuencia cardíaca y mejorar la fuerza de contracción del corazón.
Aumento de la Resistencia Vascular Periférica:
Para mantener la presión arterial y el flujo sanguíneo a los órganos vitales, se produce una vasoconstricción periférica, lo que aumenta la resistencia vascular y redistribuye el flujo sanguíneo.
Isquemia y Acumulación de Lactato:
La disminución en el flujo sanguíneo puede llevar a la isquemia en los tejidos periféricos, resultando en la producción aumentada de ácido láctico debido al metabolismo anaeróbico. La acumulación de lactato contribuye a la acidosis.
Disfunción de Órganos y Tejidos:
La insuficiencia en el suministro de sangre y oxígeno a los tejidos puede provocar disfunción orgánica y daño tisular en varios órganos. La falta de perfusión adecuada afecta negativamente a los riñones, el hígado, el cerebro y otros sistemas.
Edema Pulmonar:
En algunos casos de shock cardiogénico, la disfunción cardíaca puede conducir a la acumulación de líquido en los pulmones, causando edema pulmonar. Esto dificulta aún más la oxigenación adecuada y empeora la insuficiencia respiratoria.
Complicaciones Sistémicas:
La falta de perfusión sanguínea adecuada y la disfunción de órganos pueden llevar a complicaciones sistémicas graves, como falla renal, daño cerebral, coagulopatía y otras complicaciones potencialmente mortales.
Fisiopatología del Distributivo
Vasodilatación Generalizada:
En el shock distributivo, hay una pérdida de tono vascular y una vasodilatación generalizada de los vasos sanguíneos periféricos. Esto reduce la resistencia vascular y conduce a una distribución ineficiente del volumen sanguíneo.
Disminución de la Resistencia Vascular:
La vasodilatación extensa disminuye la resistencia vascular periférica, lo que resulta en una caída de la presión arterial sistémica.
Disminución de la Precarga Cardíaca:
La vasodilatación puede afectar negativamente la precarga cardíaca al permitir que la sangre se acumule en las venas periféricas en lugar de retornar eficientemente al corazón. Esto reduce la cantidad de sangre que el corazón puede bombear en cada latido.
Activación del Sistema Nervioso Simpático:
Similar al shock hipovolémico, se activa el sistema nervioso simpático como una respuesta de emergencia. Esto provoca la liberación de catecolaminas (como la adrenalina) para intentar aumentar la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del corazón.
Liberación de Mediadores Inflamatorios:
En el caso del shock séptico (una forma común de shock distributivo), la vasodilatación y la disfunción vascular también son mediadas por la liberación de mediadores inflamatorios en respuesta a una infección grave.
Edema y Pérdida de Líquido Intravascular:
La vasodilatación y la permeabilidad vascular aumentada pueden llevar a la pérdida de líquido intravascular hacia los tejidos circundantes, lo que contribuye a la hipovolemia relativa.
Disfunción Mitocondrial y Acidosis Láctica:
La mala perfusión tisular y la distribución ineficiente del oxígeno pueden conducir a la disfunción mitocondrial y al metabolismo anaeróbico, resultando en la acumulación de ácido láctico y acidosis láctica.
Disfunción Orgánica:
La inadecuada perfusión tisular, combinada con la respuesta inflamatoria sistémica en el caso del shock séptico, puede llevar a la disfunción de múltiples órganos, lo que agrava aún más el cuadro clínico.
Necesidad de Soporte Hemodinámico:
El tratamiento del shock distributivo implica abordar la causa subyacente (como infección, reacción alérgica o daño nervioso) y proporcionar soporte hemodinámico para mejorar la perfusión tisular.
Etiología
Shock séptico: Es causado por una infección bacteriana, fúngica o viral que desencadena una respuesta inflamatoria sistémica. La infección puede tener su origen en diferentes focos, como infecciones pulmonares, urinarias, abdominales, entre otras
Shock cardiogénico: Se produce por una disminución del gasto cardíaco asociado a una pérdida de la función sistodiastólica del corazón. Las causas más frecuentes son el infarto agudo de miocardio, enfermedades valvulares agudas, arritmias, miocarditis, entre otras
Shock distributivo: Puede ser causado por diferentes condiciones médicas, como la sepsis, reacciones anafilácticas, síndrome de insuficiencia de la médula ósea, entre otras. En la sepsis, la causa subyacente es una infección
Signos y sintomas
Hipovolémico:
Taquicardia.
Hipotensión.
Palidez.
Confusión.
Sed intensa.
Reducción de la diuresis.
Cardiogénico:
Insuficiencia cardíaca.
Edema pulmonar.
Disnea.
Taquicardia.
Hipotensión.
Distributivo:
Taquicardia.
Hipotensión.
Enrojecimiento de la piel.
Confusión.
Edema periférico.
Diagnostico
Exploración Física:
Evaluación de signos vitales, auscultación cardíaca y pulmonar, y examen neurológico.
Análisis de Laboratorio:
Pruebas de sangre, incluyendo electrólitos, hemograma completo y pruebas de coagulación.
Imágenes Diagnósticas:
Radiografías, ecocardiograma, tomografía computarizada, según la situación clínica.
Monitorización Hemodinámica:
Utilización de catéteres venosos centrales y monitorización invasiva para evaluar la función cardíaca y la presión arterial.
Tratamiento
Shock Hipovolémico:
Cuidado de la vía aérea: Asegurar la permeabilidad de la vía aérea.
Administración de líquidos: Restaurar el volumen sanguíneo con soluciones intravenosas.
Monitoreo: Observar signos vitales, especialmente la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Control de sangrado: Identificar y controlar la fuente de la pérdida de sangre.
Mantenimiento de la temperatura corporal: Evitar la pérdida de calor en casos de trauma.
Shock Cardiogénico:
Monitoreo: Vigilar de cerca los signos vitales, incluyendo la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Oxigenación: Administrar oxígeno según sea necesario.
Medicamentos: Administrar medicamentos inotrópicos o vasoactivos según las indicaciones médicas.
Posicionamiento del paciente: Elevar las piernas para mejorar el retorno venoso.
Shock Distributivo:
Control de infecciones: Identificar y tratar la fuente de la infección.
Administración de líquidos: Puede requerir expansores de volumen y medicamentos vasoactivos.
Manejo de la vía aérea: Asegurar una adecuada oxigenación.
Control de la respuesta inflamatoria: Utilizar medicamentos antiinflamatorios o inmunosupresores según sea necesario.