se refieren a los aspectos relacionados con el funcionamiento mental, emocional y conductual de las personas que influyen en su percepción, pensamiento, emociones y comportamiento. Estos factores pueden incluir aspectos como las experiencias personales, las creencias, los procesos cognitivos, las emociones, la personalidad, la motivación y la salud mental.
Estilos de aprendizaje: Las diferencias en los estilos de aprendizaje, como el visual, auditivo o kinestésico, pueden influir en la forma en que los individuos procesan la información y adquieren conocimientos, lo que puede dar lugar a necesidades educativas específicas.
Motivación y autoestima: La falta de motivación, la baja autoestima o la falta de confianza en las habilidades propias pueden afectar negativamente el rendimiento académico y generar necesidades psicoeducativas.
Estrategias de afrontamiento: La capacidad para manejar el estrés, la frustración y los desafíos académicos puede influir en la adaptación al entorno educativo y en la manifestación de necesidades psicoeducativas.
Habilidades cognitivas: Diferencias en las habilidades cognitivas, como la memoria, la atención, el razonamiento o el procesamiento de la información, pueden contribuir a la aparición de necesidades psicoeducativas específicas.
Estabilidad emocional: Problemas emocionales como la ansiedad, la depresión o el trauma pueden interferir con el proceso de aprendizaje y dar lugar a necesidades psicoeducativas.
Autoregulación: La capacidad para regular las emociones, el comportamiento y el pensamiento puede influir en el desempeño académico y en la manifestación de necesidades educativas especiales.
Percepción del entorno educativo: Las experiencias previas con el sistema educativo, las expectativas académicas y las interacciones con los docentes pueden influir en la adaptación al entorno escolar y en la identificación de necesidades psicoeducativas.