Las competencias docentes implican, entre otros, un conjunto de desempeños en lo que hace al diseño, planificación, organización, atención a emergentes, ejecución, evaluación y ajuste de una “propuesta didáctica” intencional, articulada y coherente, inserta en contextos inciertos y cambiantes.
La competencia docente es básicamente una competencia social, tiene que ver con participar significativamente en lo institucional y político, con mediar profesionalmente las interacciones que derivan en el propio desarrollo personal, y fundamentalmente, del otro - el alumno - ser un agente de cambio, un transmisor y un recreador de cultura.