Según la Convención de 1972, el Patrimonio Cultural comprende los monumentos, obras arquitectónicas, de escultura o de pintura, estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura unida e integrada en el paisaje les brinda un Valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte y la ciencia. Mientras que el Patrimonio Cultural Inmaterial está compuesto de tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, artes del espectáculo, rituales y actos festivos. Así como también, técnicas artesanales tradicionales, y conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo (UNESCO, 2018).
Uno de los principales objetivos de la Convención del Patrimonio Mundial es promover la participación de las poblaciones locales en la preservación del patrimonio natural y cultural.
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El Plan de Trabajo de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO 2016-2021 recoge acciones comprendidas en cuatro áreas:
- Desarrollo de políticas y legislación nacionales para garantizar la protección y la promoción del patrimonio y sus sistemas de valores y expresiones culturales; 2. Fortalecer y utilizar las capacidades nacionales para proteger, salvaguardar y gestionar de manera sostenible y responsable el patrimonio y la diversidad de expresiones culturales; 3. Fomentar estudios científicos, técnicos y artísticos; metodologías de investigación para la protección, conservación, salvaguarda y gestión eficaz del patrimonio y la diversidad de expresiones culturales; 4. Fomentar y desarrollar mecanismos de cooperación internacional para compartir el conocimiento y la información; facilitar el intercambio tecnológico; utilizar y fortalecer redes e instituciones nacionales e internacionales ya existentes, y movilizar recursos humanos y financieros.