La propuesta de Jesús es la del Reino de Dios. Y trata de luchar contra el sufrimiento, el dolor, el pecado y la muerte. Cuando Jesús cura, perdona, comparte la mesa, enseña... hace realidad la fraternidad de los hijos de Dios. Cuando permanece fiel a su proyecto, pese a la amenaza de muerte, hace visible el amor de Dios por los más desfavorecidos.
La vida de Jesús está unida al dolor: dolor por la opresión de la religión a su pueblo, por la incomprensión de sus coetáneos, por la negación de su proyecto y por la entrega en la cruz de una vida coherente hasta el final.