Así podemos concluir que el gasto público en Argentina en el largo plazo: hasta el año 2006 no ha estado sobredimensionado ni ha existido un aumento desmesurado tal como lo difundieron sectores neoliberales. Históricamente, la dimensión del gasto público en Argentina no es mayor a países de similar desarrollo, como hemos documentado más arriba. Ello no implica que la ejecución del mismo resulte satisfactoria, ya que existen evidencias de mala administración, prácticas corruptas y clientelares que lo convierten en improductivo. Los vicios se acumulan y se manifiestan en todas las etapas del gasto público, desde las estimaciones hasta su ejecución y rendición de cuentas.Las recomendaciones que surgen de este tipo de análisis para política fiscal es que más que actuar sobre la magnitud del gasto, debe mejorarse su gestión a través de TECNICAS PRESUPUESTARIAS para cumplir los objetivos a un menor costo social y económico. La manera de cortar este “encadenamiento” de vicios que tiene el gasto público, es implementando “Presupuesto Base Cero”, complementado con “Presupuestos por Programas” y “por Resultados”, además asignar el gasto y hacer su seguimiento con técnicas de doble control (real y monetario) siguiendo la experiencia internacional.Tampoco debemos pasar por alto que, en función de lo ya mencionado, el gasto público fue un eje fundamental de la política económica del denominado "modelo" del gobierno anterior, junto al tipo de cambio alto y la mejora en el poder adquisitivo, que mostró una gran efectividad contracíclica para neutralizar los efectos de la crisis mundial.