Actualmente se sabe que los extremòfilos, microorganismos con una capacidad extraordinaria para prosperar en los entornos más duros de la Tierra, pueden desarrollarse en las profundidades marinas, en el interior de hielo, agua hirviendo, en entornos ácidos, en el núcleo del agua de reactores nucleares , cristales de sal, desechos tóxicos y en una variedad de otros hábitats extremos
Además, se conoce que existen esporas bacterianas terrestres viables que tienen 40 millones de años y que son muy resistentes a la radiación, y otras capaces de reanudar la vida después de estar inactivos durante 100 millones de años, lo que sugiere que las transferencias de vida por medio de la litopanspermia (transporte al interior de meteoritos) son posibles con meteoritos de más de 1m de tamaño.
Además, recientemente se ha descubierto el primer microorganismo conocido en la Tierra capaz de sustituir al fósforo, uno de los elementos esenciales para la vida, por el venenoso arsénico (Ar) e incluso incorporarlo en su ADN. Este estudio, financiado por la NASA, rompe uno de los paradigmas de la biología y abre nuevas vías en la búsqueda de vida extraterrestre.