La Educación Especial se caracteriza por concebir la integración de los estudiantes, a través de los procesos de enseñanza-aprendizaje desde el punto de vista físico, social o funcional.
Como disciplina, la Educación Especial se lleva a cabo a nivel pedagógico desde el ámbito curativo, correctivo o terapéutico y, sobre todo, se suele delimitar a la atención de individuos con características o necesidades “especiales”. También suele aplicarse en contextos básicos, como el familiar, comunitario y desde diferentes instituciones sociales.
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