La luz artificial puede ser ajustada y controlada para adaptarse a las necesidades específicas de un entorno educativo. Sin embargo, la calidad de la luz artificial puede afectar el bienestar y la concentración de los estudiantes. Investigaciones indican que la elección de la temperatura de color y la intensidad lumínica puede influir en el rendimiento y la comodidad de los estudiantes en el aula (Boyce et al., 2013).
Según estudios, la exposición a la luz natural en entornos educativos puede mejorar el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Investigaciones sugieren que la luz natural ayuda a mantener un ambiente más saludable y estimulante para el aprendizaje (Knez, 2016).**
Knez, I. (2016). "Efectos de la iluminación interior, género y edad en el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo." Environment and Behavior, 48(5), 636-661.
Boyce, P. R., Hunter, C., & Howlett, O. (2013). "Los beneficios de la luz natural a través de las ventanas." Lighting Research & Technology, 45(4), 381-399.