Las propiedades específicas son las que nos permiten distinguir unas sustancias de otras.
Algunos ejemplos de propiedades específicas son: la densidad, la temperatura a la que hierve o se funde, la dureza, la elasticidad, la viscosidad, el color, el brillo, la transparencia, la conductividad, etc. Por ejemplo, el hierro tiene valores de densidad, dureza y conductividad diferentes de las del granito y el agua.