En los años 90, los paramilitares, surgidos como respuesta a la violencia guerrillera, tuvieron un papel relevante en el conflicto colombiano. Aunque se autodenominaban fuerzas de autodefensa, cometieron graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo masacres y desplazamientos forzados. Aunque oficialmente se desmovilizaron en 2006, algunos de sus miembros continuaron operando en el país.