La teoría del reflejo se opone al idealismo, que niega que exista una realidad anterior y externa a la mente humana. La realidad es imposible de aprehender y todo lo material no es sino una construcción social a partir de sensaciones, emociones, conceptos y lenguaje.
La conciencia pertenece al mundo de lo subjetivo, de lo ideal, de modo que, como reflejo de la realidad objetiva, la conciencia es una representación, en la esfera de lo subjetivo, de la objetividad de la realidad.