• Desde la perspectiva de la semiótica, podríamos analizar cómo los gestos y expresiones faciales complementan el mensaje verbal. Por ejemplo, una sonrisa y un tono amigable pueden añadir capas de significado, indicando la intención de establecer una conexión amistosa. Además, el hecho de sugerir un helado puede tener connotaciones culturales o simbólicas, ya que compartir alimentos a menudo implica camaradería y apertura. Aquí, la semiótica nos ayuda a explorar cómo los signos no verbales y simbólicos contribuyen a la construcción de significado en la interacción social. En conjunto, la pragmática y la semiótica permiten comprender más profundamente la complejidad de esta comunicación cotidiana.