Actos de compasión, entendida esta como "sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien", por la RAE, ha sido un indicador importante en mi vida, sobre todo cuando mi paciencia está a punto de perderse por alguna situación que percibo hostil o agresiva hacia mi, pensar primero en que todos somos seres humanos que cometemos errores, que no pensamos igual, que todos tenemos derecho a ser, expresarnos, vivir, como cada uno quiere, es esencial. CASO REAL: Alguna vez una persona, compañera de trabajo, me gritó por diferencias en un tema laboral, dentro las oficinas; quise reaccionar igual, pero me contuve porque estaba enterada de que ella tenía problemas personales que la hacían reaccionar así. No lo hacía solo conmigo, sino también con personas a su cargo. PROBLEMA: El estrés y no regulación de emociones de mi compañera, el tema laboral que se tenía que resolver. MI REACCIÓN: Pensar en sus necesidades y lo que enfrentaba como madres soltera, en proceso de divorcio o separación, me hizo pensar en no agregarle más piedras a su gran saco de problemas que traía. SOLUCIÓN: Cuando estuvo tranquila, días después, la invité a tomar un café para platicar tranquilamente con ella, ofrecerle mi apoyo y decirle cómo me hizo sentir su trato. Se resolvió una vez que externamos nuestras perspectivas, para bien y ahora nos respetamos y tenemos un muy buen trato con ambas. El tema laboral se resolvió, pero no en el tiempo solicitado. VERÓNICA RIVERA TORRES