Rotura o falta de tensión del resorte del percutor. Dará lugar a una percusión tan débil que no conseguirá golpear suficientemente la cápsula del fulminante, impidiendo el disparo. Se impone la sustitución del resorte citado.
Si llega a romperse la aguja percutora, no se obtendrá el disparo, pero si solo llega a doblarse puede provocar peores consecuencias: asi, por ejemplo; si es un arma automática la deformación de la aguja hace que su punta asome por la parte anterior de la cabeza del cierre, dará lugar a un ametrallamiento; sin embargo, si la punta queda escondida en el interior de su alojamiento, será imposible el disparo.
La fatiga o rotura del resorte recuperador, avería circunscrita a las armas automáticas, determina que el cierre, al no ser frenado por el resorte, se abra con excesiva violencia y golpee fuertemente sobre la pieza trasera en su movimiento de apertura, en esta acción corre el riesgo de sufrir graves deterioros; pero, en su avance posterior hacia la recámara carecerá de la necesaria energía para consucir correctamente el cartucho, lo que puede ser causa de interrupciones.
Resquebrajamiento del cierre o corredora. Este problema es bastante frecuente en las armas automáticas, sobre todo en las pistolas, cuando han efectuado un elevado número de disparos o su resorte recuperador se ha debilitado excesivamente, la avería se manifiesta por la aparición de un apequeña fisura transversal que se va alargando progresivamente y que finalmente degenerará en la ruptura de las piezas.