Los tres componentes eréctiles del pene, cuerpos cavernosos y cuerpo esponjoso, están rodeados, cada uno de ellos, por un albugínea fibroelástica, densa, de la cual parten tabiques hacia el interior de los cuerpos (trabéculas), formando un entramado como el de una esponja, cuyos huecos forman lagos sanguíneos.