Fungen un papel fundamental en el fortalecimiento de la ética pública, ya que van más allá de moldear únicamente el comportamiento interno de la policía. Al generar confianza ciudadana, estas directrices actúan como pilares esenciales para construir una sociedad más justa, segura y ética en su conjunto. Donde la promoción de la transparencia se convierte en un elemento clave, ya que, al destacar y celebrar públicamente comportamientos éticos destacados, se establece una narrativa que no solo comunica la integridad de la fuerza policial, sino que también refuerza la percepción pública de confianza en las instituciones de seguridad.