En unos casos, son antiguos países de bajo desarrollo que han experimentado un rápido crecimiento económico. En Asia, es el caso de China, cuyo PIB se ha colocado en los primeros puestos de la economía mundial; y de las economías de India, Corea del Sur, Singapur, Malasia, Filipinas, Turquía e Indonesia. Y en América, de países como Brasil, México y Argentina, con abundantes recursos naturales y energéticos. La producción se basa, sobre todo, en una rápida industrialización favorecida por los bajos costes salariales de su mano de obra y en un creciente peso de la tecnología. El consumo interior es escaso, debido a los reducidos salarios, aunque tiende a crecer. Y en los intercambios mundiales, ocupan un lugar de primer orden en sus exportaciones tradicionales y de alto contenido tecnológico.