La tunica femenina era más larga que la de los hombres.
Sobre la tunica, llevaban la stola, un vestido con o sin mangas, ceñido bajo el pecho y a la cintura.
Al salir a la calle, cubrían sus cabezas con un manto llamado palla.
Las mujeres llevaban el pelo largo; las jóvenes lo recogían en un sencillo tocado, mientras que las matronas, con ayuda de la ornatrix, lo elaboraban en complicados peinados con postizos y rizos.
El uso de joyas era común, incluyendo pendientes, collares, anillos, fíbulas, brazaletes, entre otros.