Alrededor de 60mil ecuatorianos tienen deficiencia auditiva, una de las discapacidades más desatendidas en el país. Las mujeres y mamás; a su vez, con esta condición, son la representación de lo difícil que puede llegar a ser la maternidad, pero lo fuertes que pueden demostrarse por cuidar de sus hijos, quienes también cumplen un papel muy importante al momento de comunicarse con ellos, haciendo uso del lenguaje de señas (LSEC), además de volverse oyentes, pueden ser una gran ayuda como intérpretes para que sus padres pueden entenderse con las demás personas fácilmente.