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Tema 1. El siglo XVIII. La época de la Ilustración - Coggle Diagram
Tema 1.
El siglo XVIII. La época de la Ilustración
El Antiguo Régimen
Sistema político, social y económico vigente desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII
La política Europea del XVII
Tras un siglo XVII caracterizado por la hegemonía de Francia, en el siglo XVIII Austria se alzó como la potencia militar europea.
Sin embargo, el poderío económico y naval de Gran Bretaña le sirvió para promover entre las potencias el principio de equilibrio: se buscaba una igualdad de fuerzas de manera que ningún país destacara demasiado sobre el resto. En el caso de que ocurriera, el resto de potencias se unirían para frenarla.
Para Gran Bretaña era un planteamiento muy favorable, puesto que contaba con amplísimos territorios coloniales (India, Norteamérica…).
La Ilustración
La Ilustración fue un movimiento intelectual que surgió en el siglo XVIII en Francia. Sus principales bases ideológicas fueron:
La razón es el único medio para entender y explicar el mundo, dejando de lado las creencias religiosas y costumbres en el ámbito de la investigación y estudio.
La libertad de conciencia y pensamiento es fundamental para poder pensar por uno mismo.
El ser humano debe buscar la felicidad por medio de la educación y el conocimiento, para convertirse en ciudadanos de pleno derecho.
La Ilustración criticó con dureza el Antiguo Régimen y promovió la expansión del liberalismo político:
Voltaire criticó la influencia de la Iglesia y defendió la libertad de conciencia y pensamiento.
Rousseau creó la idea de soberanía nacional: el poder está en manos de los ciudadanos, que lo ceden temporalmente a los gobernantes para que lo ejerzan en su nombre.
Montesquieu propuso la teoría de la división de poderes: que el poder ejecutivo, legislativo y judicial estén siempre en diferentes instituciones para evitar la tiranía y garantizar la vigilancia de un poder a otro.
Las ideas de la Ilustración tuvieron una enorme difusión por Europa y EEUU gracias a una enorme labor divulgativa (publicación de libros, elaboración de la Enciclopedia -Diderot y D'Alembert) y contribuyeron de manera decisiva en los procesos revolucionarios que pusieron fin al Antiguo Régimen en EEUU (1776) y en Francia (1789).
El despotismo ilustrado
El despotismo ilustrado es un modelo político surgido a mediados del XVIII que combina el absolutismo con algunas ideas de progreso de la Ilustración. Algunos monarcas europeos asumieron como propio el objetivo de que sus súbditos pudieran alcanzar la felicidad por medio del progreso. Pero sin cuestionar nunca la autoridad máxima del rey; su lema fue “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Por ello, será un régimen político de carácter reformista:
Reforma de la administración del Estado, reduciendo sus cargos y haciéndola más eficaz.
Modernización de la economía por medio del fomento de artesanía, transporte y libre comercio.
Mejora de la situación social con la creación de hospitales, escuelas, nuevos estudios.
Los monarcas ilustrados más destacados fueron Carlos III (España), José II (Austria), Federico II (Prusia) y Catalina II (Rusia).
Economía en el Antiguo Régimen
Las nuevas teorías económicas
Desde el siglo XVI, con el descubrimiento de gran cantidad de minas de metales preciosos, la teoría económica que seguían los estados europeos era el mercantilismo, cuya ideología se basaba en:
La riqueza de un país es determinada por la cantidad de metales preciosos que acumula.
El Estado debe intervenir en la economía dirigiendo la agricultura, artesanía y comercio.
En el XVIII, Quesnay planteó una nueva teoría, la Fisiocracia, que defendía que la tierra era la única fuente de riqueza, por lo que el Estado debía liberalizarla: permitir que se cultivara libremente y que los precios se fijaran en función del mercado, sin intervención del Estado.
Será a finales del XVIII cuando Adam Smith, a partir de las ideas fisiócratas, elaboró la teoría económica del liberalismo económico, basada en:
El trabajo es la única fuente de riqueza y lo que determina el valor de los bienes económicos.
Promueve la absoluta libertad económica, sin trabas a los empresarios para crear empresas, contratar y despedir trabajadores, etc.
La acumulación de capital es fundamental para desarrollar los procesos de producción aplicando constantes mejoras e innovaciones.
El Estado no interviene en la economía, que se rige por la ley de la oferta y la demanda.
Cambios económicos
En la agricultura se difundieron nuevos cultivos de América, como el maíz y la patata (adaptable a cualquier clima) que mejoraron la alimentación en toda Europa.
En los países más avanzados culturalmente, Gran Bretaña y Provincias Unidas, se sustituyó el barbecho por la rotación continua de cultivos, que fue aumentando notablemente la producción.
En la artesanía, la demanda aumentó gracias al notable incremento de la población y surgieron nuevas formas de producción que buscaban mejorar la eficiencia escapando del control de los gremios:
Domestic system (trabajo a domicilio): un empresario realiza la inversión, comprando la materia prima y herramientas, y encarga a trabajadores rurales la elaboración del producto a cambio de un salario. El empresario se queda toda la producción y se encarga de su venta, quedándose con todos los beneficios.
Manufacturas: eran empresas estatales que pagaban un salario al trabajador. Se dedicaban generalmente a productos de lujo con clientela asegurada: tapices, vidrio, tabaco, porcelana…
El comercio experimentó un llamativo aumento, tanto a nivel interior como exterior:
El interior se vio beneficiado por el aumento demográfico y en las monarquías ilustradas por la mejora del transporte (carreteras, canales, puertos…).
El exterior tuvo un crecimiento sin precedentes gracias a la expansión holandesa y británica por Oriente (India, Indonesia…). Así surgió un comercio a nivel mundial en el que las colonias (América y Asia) proporcionaban materias primas (algodón, café, té, azúcar…) a una Europa que creaba productos manufacturados y proporcionaba a las colonias esclavos africanos y manufacturas.
Esta ampliación del comercio contribuyó enormemente a la expansión del capitalismo comercial (cada vez mayor libertad económica), surgiendo la necesidad de instituciones financieras (bancos, prestamistas, bolsas de valores) y empresas cada vez más grandes (compañías comerciales por acciones).