Utilizar la música en el aula, entre otras cosas, puede facilitar el aprendizaje, como sucede al aprender las letras del alfabeto con una canción, llenar de energía al grupo, proporcionar relajación tras un estado de estrés, estrechar vínculos de amistad entre los compañeros, estimular la creatividad o motivar al alumnado para seguir perseverando una tarea.
Siempre tenemos que tener en cuenta el tipo música que puede ser adecuada para acompañarla y colaborar en el proceso de aprendizaje que es lo mas importante.
Se sugiere que para mejorar el interés que despierta esta materia entre los alumnos, se debería promover una mayor autonomía en el aprendizaje. Es triste que una actividad tan placentera como la música y que conlleva grandes beneficios cognitivos se convierta en algo tedioso por las imposiciones de un currículo muchas veces alejado de la realidad.
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