Los imperios generan enormes cantidades de información que va más allá de las leyes, incluyendo transacciones, impuestos, inventarios militares y comerciales, y calendarios de festivales. Sin embargo, el cerebro humano, a pesar de su capacidad prodigiosa, tiene limitaciones para almacenar información a gran escala. Su capacidad finita, la mortalidad y su adaptación evolutiva para ciertos tipos de información complican el manejo de datos numéricos, crucial para sociedades complejas. La revolución agrícola hizo necesario manejar grandes cantidades de información matemática para gestionar impuestos y recursos, pero la capacidad mental limitada restringía el tamaño y complejidad de las sociedades humanas durante miles de años después de la revolución agrícola.