Si este periodo no se emplea para descansar, esto afectará negativamente a la salud física y psíquica del individuo, porque se disocian los ritmos biológicos y los elementos naturales que sirven para sincronizarlos, especialmente la luz, y se establecen sincronizadores artificiales.Ferré, D. (2013).
El organismo sufre por partida doble: por un lado ha de realizar un esfuerzo para permanecer activo en la fase de letargo natural (nocturna) y, por otro, debe esforzarse para dormir en la fase de activación (diurna).Ferré, D. (2013).
Las alteraciones del ciclos sueño-vigilia ocasiona lo que conocemos como los trastornos del ritmo circadiano.Ferré, D. (2013).